Bienvenidos a la Colección digital Julián de la Herrería, una plataforma que recopila todas las
obras que Josefina Plá fue coleccionando a través de su dilatada vida. La plataforma cuenta
con un buscador donde podrán investigar sobre las 398 obras que completan la Colección, y
sobre diferentes campos como la datación, el lugar de procedencia y la autoría de cada obra.
El origen de la colección del Museo Julián de la Herrería surgió del empeño y la
voluntad de la escritora, artista e intelectual Josefina Plá (Isla de Lobos, Fuerteventura,
1903-Asunción, 1999) por traer y reunir, desde Valencia (España) hasta Asunción las
obras de su marido, el artista Andrés Campos Cervera (Asunción, 3 de mayo de 1888-
Manises, Valencia, 11 de julio de 1937) más conocido como Julián de la Herrería y que
habían quedado depositadas en el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias
“González Martí” en Valencia desde 1937 tras su fallecimiento.
Las circunstancias político y económicas en aquel momento en España, inmersa en una
guerra civil (1936-1939), impidieron que la colección se trasladara con Josefina cuando
decidió regresar e instalarse a Asunción al año siguiente. Después de veinte años de
gestiones, la colección al fin regresó en 1956.
En 1989, la colección formada por cuatrocientas piezas reunidas por Josefina y que
constituía el Museo Julián de la Herrería fue donada en vida al Centro Cultural de
España Juan de Salazar, donación que quedó ratificada en 2017.
El conjunto más importante lo forman 157 obras de Julián de la Herrería (cerámicas,
dibujos, grabados, acuarelas y óleos). Otras obras, proceden de los autores plásticos
coetáneos a Josefina y que mantuvieron estrecha relación con la intelectual. Estamos
hablando de pinturas y cerámicas de artistas paraguayos y extranjeros que se
instalaron por algún tiempo en Paraguay.
En 2016 se creó el espacio “Josefina & Julián” para celebrar el 40 Aniversario del
Centro Cultural Juan de Salazar, el más antiguo de la Red de Centros Culturales de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), planteó una
nueva mirada hacia las piezas creadas por el matrimonio y por otros artistas y
artesanos paraguayos con el objetivo de relacionar los diferentes ámbitos artísticos del
que fueron partícipes a lo largo de sus vidas.
Están expuestos los grandes platos de Julián de la Herrería con sus decoraciones más
emblemáticas: motivos y mitos guaraníes y ‘folklore’ paraguayo. Algunas piezas con
motivos payaguá engobadas y esgrafiadas de Josefina que se incorporó al mundo del
grabado y la cerámica en 1927 en Asunción, y otras dedicadas por Jaime Bestard, Livio
Abramo y Laterza Parodi, todas ellas constituyen una foto fija y resumida de lo que fue
su vida juntos y por separado. Josefina nunca dejó a lo largo de toda su vida de rendir
tributo a su memoria, custodiando su colección para que futuras generaciones
pudieran contemplar este legado.
María Blanco Conde
En septiembre de 1995, bajo la dirección de Carmen Ordóñez, entonces directora del Centro
Cultural, se inauguró el Museo Julián de la Herrería, que constaba de 110 piezas de la colección
expuestas bajo el cuidado y el montaje de Carlos Colombino.
La colección estuvo expuesta durante años en una sala del Centro Cultural que, tras varias
reformas, había perdido su protagonismo y visibilidad. Por otra parte, debido a problemas de
humedades y filtraciones, parte del acervo estaba comenzando a dañarse y era necesario
proceder a un plan de conservación.
La primera fase arranco a raíz de la entrega de la Colección junto con unas fichas de inventario
en 1989. En dicho año se pondrían las bases para lo que iba a florecer en 2011, bajo la
dirección de Eloisa Vaello Marco, que tras la visita de la delegación de la Ministra de Cultura de
España, Ángeles González Sinde, puso en marcha un proyecto para reformular la museografía y
dotar de mayor preponderancia y visibilidad al Museo dentro del Centro Cultural. Así se puso
en marcha desde el Salazar un trabajo silencioso de investigación, clasificación y conservación,
con la colaboración de Rosa Grimaldi, Mar Ahuir y Blanca Martín Gazulla.
El Proyecto Josefina y Julián, constó de varias actividades y propuestas: Desde la exposición
Josefina al oído del tiempo, con artistas contemporáneos y populares y el seminario Josefina al
oído del tiempo, sobre la obra y persona de Josefina Plá, concursos literarios y cursos de
conservación y restauración, y fundamentalmente el “Espacio Josefina y Julián” proyecto
expositivo que pretendía modernizar la museografía de la colección Museo Julián de la
Herrería, con la museografía de Osvaldo Salerno y Ticio Escobar.
Se comenzó a trabajar con muchas ganas de reordenar y visibilizar una colección que es
patrimonial y de vital importancia histórica para el país. Por ello, el paso siguiente en nuestro
recorrido sería el de conservar y ordenar las primitivas fichas de inventario, que, con bastantes
errores y escasa información, era todo lo que disponíamos hasta el momento.
Sin embargo, no fue hasta el noviembre de 2014 cuando a manos del Programa Acerca, se
realizó un taller de restauración “Quirófano Z: Clínica de Restauración Julián y Josefina”. Se
trató de un taller teórico-práctico sobre limpieza, restauración y conservación, enfocado
principalmente a las piezas de cerámica y papel de la Colección (dibujos, grabados, acuarelas).
Los asistentes al taller provinieron principalmente del equipo de restauración del Ministerio de
Cultura, así como de la Facultad de Bellas Artes. Se contó con profesionales de la talla de
Begoña Carrascosa Moliner (Doctora en Bellas Artes y Profesora Titular del Departamento de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad Politécnica de Valencia), e
Iván Soler Muñoz (restaurador de Obra Gráfica y Material Archivo del Instituto Valenciano de
Conservación de Bienes Culturales).
En julio de 2017 se recibió la visita de parte de María José Blanco Conde, Titulado Superior en
Gestión de Obras de Arte de AECID. El primer paso que realizó fue crear un código de
catalogación que incluyera la Colección del Centro Cultural en la Colección de Obras de Arte de
la AECID. De ahí, se consiguió por primera vez, tener un registro formal y fiable de toda la obra
donada por Josefina Plá, que consta de 398 piezas, que abarcan del nº CJH 001 hasta el nº CJH
398.
Además del nuevo inventariado, se llevó a cabo una tasación completa y ajustada de las obras
del Espacio Josefina y Julián y del Acervo, tomando como referencia ArtPrice y artistas
coetáneos de Julián de la Herrería, tales como Daniel de Zuloaga (1852 1921) y Antonio Peiró
(1881 1954). Tras un fotografiado frontal de las obras que conforman la Colección, el último
paso realizado hasta el momento ha sido la catalogación formal de todas las obras. La
catalogación fue llevada a cabo con la colaboración de Martha Ferreira y Joan Carreres, que,
de acuerdo a las indicaciones previas recibidas por María José Blanco Conde, han podido
completar la labor. La catalogación consta de distintos ítems, siempre tomando como
referencia las fichas de catalogación del Catálogo Ceres de la AECID.
Museo de la colección Julián de la Herrería
El Museo Julián de la Herrería fue creado por Josefina Plá en memoria de su marido, el
ceramista y pintor Andrés Campos Cervera, conocido como Julián de la Herrería en el ámbito
de su actividad artística, particularmente la ceramística. El acervo reunido por Plá incluye obras
de pequeño y mediano formato, realizadas en el siglo XX por artistas latinoamericanos,
básicamente paraguayos. Pero lo principal de dicho acervo se encuentra constituido por la
producción de Julián de la Herrería y de la misma Josefina Plá (pintura, dibujos, cerámica y
grabados).
La colección no fue ejecutada siguiendo un guión curatorial específico, sino, como en general
sucede con las colecciones particulares, en función del interés que despertaban ciertas obras,
la posibilidad de obtenerlas y la importancia concedida a piezas especiales, consideradas en sí
mismas. El resultado es un conjunto plural y heterogéneo que termina traduciendo una
manera particular de ver y sentir el Paraguay y de interpretar su historia a partir de los lugares,
distintos y cruzados, ocupados por un paraguayo ‒formado, en parte, en España‒ y una
española ‒cautivada por el Paraguay, sin perder su sensibilidad y su formación de origen‒. El
hecho de que ellos hayan conformado una pareja ajusta sin duda la búsqueda de un punto
común de mira, salvando las diferencias de enfoque de cada quien.
La mirada de Julián de la Herrería sobre la imaginería indígena estaba condicionada por las
tendencias americanistas que, en el plano visual y desde Europa, adquirían una formulación
exotista. Basada en tradiciones rurales y motivos estéticos de la ornamentación indígena
payaguá, la obra ceramística y, en parte, gráfica de Josefina Plá dio como resultado imágenes
costumbristas y esquemas ornamentales estilizados. No deben ser desconocidos en este punto
los fundamentales estudios de Josefina Plá acerca del arte popular paraguayo: el primer
acercamiento sistemático y fundamentado a la producción estética mestiza en el Paraguay. Es
indudable que este análisis sostiene calladamente parte de las obras del Museo Julián de la
Herrería.
En términos de la historia del coleccionismo museal en el Paraguay, el gesto de Josefina Plá
tuvo pocos antecedentes y debió esperar mucho tiempo para que fuese reanudado por otros
coleccionistas en perspectiva de puesta en museo. En 1908, Juan Silvano Godoy había fundado
un museo (hoy Museo Nacional de Bellas Artes) con piezas de origen europeo decimonónico
que él había reunido con fondos propios. Este inusual emprendimiento rompía con el
monopolio del museo histórico, militar, etnográfico o de ciencias naturales, e inauguraba en el
Paraguay un modelo de coleccionismo público de origen privado. Salvadas las diferencias de
formato y escala, el Museo Julián de la Herrería debe ser considerado el segundo paso en esta
historia de pocas etapas. Ese agregado histórico enriquece, sin duda, la importancia de la
colección.
El relato
La curaduría plantea un relato que da cuenta de la historia de la colección y los vínculos que
sus mentores y sus objetos mantienen con la cultura del Paraguay. Uno de los temas centrales
de tal colección recae sobre el arte visual indígena, concretamente el del grupo payaguá , hoy
extinguido en Paraguay y prácticamente desconocido en sus expresiones. También se incluyen
en la muestra otros aspectos de las artes visuales: el contexto en el cual ambos artistas se
desenvolvieron, con énfasis en la actuación de Josefina Plá luego de su residencia permanente
en el Paraguay, hasta su muerte. En tal sentido, se busca levantar un panorama básico de los
ricos y complejos vínculos de Josefina Plá con diversos ámbitos de la cultura local: literatura,
historia, artes visuales, dramaturgia, periodismo, ensayo y crítica. De este modo, esta
curaduría incluye los siguientes ítems:
1. Piezas de la autoría de Josefina Plá y Julián de la Herrería pertenecientes a la colección del
Centro Cultural Juan de Salazar (platos de cerámica, pinturas, serigrafías, estudios
preliminares, etc.). Estos objetos recalcan la producción referida a temas indígenas
precolombinos y, fundamentalmente, a los motivos payaguá. En ciertos casos, tales piezas
fueron prestadas de otras colecciones particulares del Paraguay.
2. Muebles y objetos del entorno cotidiano de Josefina y Julián, pertenecientes al Centro de
Artes Visuales/Museo del Barro, así como al señor Julio Medina.
3. Cuatro líneas cronológicas: la primera, concerniente a la historia universal en cuanto
trasfondo de ambos autores; la segunda, vinculada a la historia del Paraguay desde la
posguerra de la Triple Alianza hasta la muerte de Josefina Plá; la tercera, referida a la vida de
Josefina; la cuarta, a la de Julián.
4. Tres videos:
a. Obra de Adriana Almada, La cocina de las sombras (2015), realizada a partir de una
entrevista hecha por la autora en 1985.
b. Obra de Silvia Villalba referente al vínculo de Josefina Plá y Julián de la Herrería: el ámbito
cotidiano y laboral de Josefina Plá, especialmente su casa, el lugar donde ella vivía y trabajaba.
c. Video-instalación realizado a partir del torno empleado para moldear la cerámica,
instrumento procedente del atelier de Josefina Plá.
Proyecto museográfico: Osvaldo Salerno, Ticio Escobar